El Áloe vera (Aloe barbadensis) es una planta que pertenece a la familia de las Liliáceas, originaria de África, aunque la podemos encontrar cultivada en cualquier zona cálida del mundo. La palabra Áloe procede del árabe "Alloeh" (amargo) y la palabra Vera del latín "Verum" (verdadera). Planta perenne, de hojas suculentas y flores amarillas en espiga con tallos leñosos sin hojas. Puede alcanzar los 50 o 60 cm de altura.
CULTIVO
El Áloe vera nace de una semilla que da lugar a la formación de una planta, que normalmente al cabo de un tiempo da lugar a que desde su raíz aparezcan otras plantas de áloe denominadas hijuelos. Estos hijuelos, cuando alcanzan los diez centímetros de altura, deben ser separados de la madre cortando su unión con la raíz de la planta. Replantados, dan lugar a nuevas plantas de áloe. Esta segunda forma es la habitual para reproducir los áloe, por lo que se aconseja comprar inicialmente algunas plantas y a partir de ellas, obtener posteriormente tantos ejemplares como necesitemos. La mejor época de obtener y replantar los hijuelos es el otoño.
El Áloe vera no aguanta ni el exceso de humedad ni el frío intenso, es una planta extraordinariamente resistente a la sequía, plagas y depredadores. Fácil de cuidar, que admite bien crecer tanto en buena tierra de jardín como en macetas.
Cuando la planta haya alcanzado la madurez, entre dos o tres años (cuando eche la flor), se puede iniciar la obtención de áloe para fines curativos o cosméticos. Para ello se procede a cortar en cada planta varias de las hojas más grandes; dos veces al año, en otoño y primavera, si la planta se cultiva en condiciones óptimas, o sólo en otoño, si la planta crece en peores condiciones.
PROPIEDADES Y USO
De los áloe se utilizan dos compuestos químicos para la elaboración de productos medicinales, el acíbar o látex de áloe y el gel de áloe.
-Acíbar o látex de áloe. Látex amargo y amarillento que se obtiene de la capa que se encuentra inmediatamente después de la piel de las hojas. No suele tomarse directamente de la planta, porque si no se respetan las dosis puede ser mortal, y en uso externo, puede dañar la piel. Por este motivo no debe confundirse con el gel de áloe.
El látex de áloe resulta laxante, y aumentando las dosis, purgante. Esta propiedad se debe a las antraquinonas y a su contenido en magnesio que aumentan los movimientos peristálticos del intestino.
-Gel de áloe. Es una especie de gelatina de color claro que rellena el fondo de las hojas. Se obtiene cortando una hoja y ejerciendo presión sobre la misma, por lo que se puede obtener en cualquier momento. Se utiliza en uso externo para el tratamiento de la piel y en uso interno para la gastritis y úlcera gástrica. Las propiedades antiulcéricas del áloe proceden de su riqueza en mucílagos, que recubre la mucosa gástrica suavizándola, protegiéndola y disminuyendo la acidez.
Algunas indicaciones sobre el Áloe vera:
- Para extraer el gel, cortar las hojas de una planta que no haya recibido agua durante una semana. Realizar el corte por la noche o por la mañana temprano.
- La savia de sus hojas se usa para tratar inflamaciones externas, quemaduras, cortes, heridas, picaduras de insectos, dolores musculares o reumáticos, etc.
- Aplicar la hoja directamente sobre la piel. El gel cura y cicatriza.
- Actúa sobre las quemaduras, reduciendo su gravedad en 48 horas sin dejar apenas cicatriz por la rápida regeneración de los tejidos.
- Contiene aceites con una gran demanda en la industria de cosméticos.
- Sus principios activos han sido utilizados en la fabricación de cremas hidratantes.