Se le llama planta nociva al vegetal que desarrolla la capacidad de vivir en competencia con otros vegetales. A veces esta competencia no daña directamente a las plantas del jardín, aunque el efecto estético es muy negativo.
Las plantas nocivas se dividen en tres grupos:
- Plantas parásitas. Son aquellas capaces de vivir a expensas de otras, necesitan vegetales vivos de los que toman el agua y los nutrientes, no tienen clorofila.
Entre ellas destacan:
- Cuscuta sp. (Cuscuta o barbas de capuchino): muy invasoras, anuales, tallos volubles, sin hojas, sin raíces. Toman sus jugos por medio de haustorios (órganos especializados en la penetración del huésped). Se eliminan con herbicida o de forma manual (hay que eliminarla por completo porque un solo trozo es suficiente para su propagación).
- Orobanche sp. (Jopo): parásita de las raíces de diversas plantas.
- Plantas semiparásitas. A diferencia de las anteriores, éstas tienen clorofila, por lo que pueden generar sus propios nutrientes con el agua y elementos minerales que toman de su huésped.
Los más importantes son los muérdagos.
- Viscum sp. Arceuthobium sp. (Muérdago): aspecto de pequeñas matas, las semillas germinan sobre troncos y ramas de plantas leñosas introduciendo los haustorios. Se eliminan con la poda de las partes afectadas.
- Plantas invasoras. Son las comúnmente llamadas "malas hierbas", crecen en lugares donde existen otras plantas compitiendo con ellas por la luz, el agua y los elementos minerales del suelo. Se pueden eliminar con herbicida (sustancias químicas que matan a las plantas) o manualmente. La segunda opción es siempre la más recomendable en la medida que se pueda, para así evitar dañar al resto de las plantas del jardín y al medio ambiente.
Algunos ejemplos de plantas invasoras o "malas hierbas" son:
- Sonchus oleraceus L. (Cerraja)
- Malva sylvestris L. (Malva)
- Diplotaxis erucoides (Jaramago)
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