Los estanques en el jardín son utilizados para darle un diseño más atractivo y menos monótono al jardín, debido a la originalidad y peculiaridad de las plantas acuáticas que utilizamos para conformar el estanque.
PLANTAS ACUÁTICAS
El agua tiene que ser limpia, ni salina ni calcárea, y templada. En verano, la temperatura del agua debe ser de unos 20-25º para facilitar la floración. Conviene mantener el agua a nivel constante, ya que si se introducen plantas jóvenes, se va haciendo subir el nivel a medida que el desarrollo de las plantas lo requiere. No se debe renovar el agua con excesiva frecuencia para que no se enfríe.
Es aconsejable que cada planta o grupo de plantas vaya en un recipiente individual. Necesitan una exposición soleada, en lugares sombríos presentan un mayor desarrollo vegetativo, pero florecen menos.
Las plantas acuáticas que forman el estanque dependen de las exigencias de profundidad:
- Plantas palustres. Típicas de terrenos húmedos al borde de los estanques.
- Plantas emergentes. Tienen sus raíces en el fondo y hacen sobresalir del agua sus flores y la totalidad o gran parte de su follaje.
- Plantas sumergidas. Mantienen su follaje dentro del agua sin asomar casi.
- Plantas flotantes. Flotan en el agua sin necesidad de hundir sus raíces en la tierra.
ESTANQUES
- Estanques de obra. Su realización y mantenimiento suele ser costoso. Duran mucho tiempo si están bien construidos. En caso de suelo poco estable, puede presentar fisuras.
- Estanques flexibles de PVC. Este sistema de revestimiento, muy fácil de colocar, crea un estanque de aspecto natural que se integra muy bien en cualquier tipo de jardín. Actualmente se utilizan revestimientos de este material especialmente diseñados para estanques, muy resistentes a la temperatura y a los rayos solares. Son sensibles a los objetos cortantes, pero suficientemente resistentes a los trabajos de mantenimiento.
- Estanques de poliéster. Muy utilizados para estanques sobre terrazas, cascadas o arroyos. Se adaptan a la forma del terreno y resisten las variaciones de temperatura. No se disgregan. No son dañinos para la flora ni la fauna acuáticas. Sin embargo, son costosos y su colocación es laboriosa.
- Estanques prefabricados. Especialmente adaptados a jardines pequeños, tienen variedad de formas y tamaños, son fáciles de instalar. Su inconveniente radica en que son difíciles de integrar en el entorno o camuflar. Quedan mejor encastrándolos en el suelo y disimulando los bordes, con un reborde de piedra, bolos o arena.
Fabricados en PVC rígido, imputrescible y resistentes al hielo, rayos solares y golpes. Son muy resistentes, de fácil manipulación y tienen un promedio de vida muy alto.
CONSERVACIÓN DE PLANTAS Y ESTANQUES
Abonado. Si las plantas vegetan bien, no será necesario. El abono incorporado al plantar, basta para satisfacer las necesidades del primer año. Más tarde, la materia orgánica formada poco a poco en el fondo, actuará eficazmente como fertilizante.
Si fuera necesario para el buen desarrollo y floración de las especies, se realizará cuando la temperatura del agua alcance los 15-16º, utilizando únicamente, un abono completo de acción lenta, especial para plantas acuáticas. La aplicación se realizará en la base de cada individuo aislado, o esparciéndolo en la superficie de los macizos.
Riego. Se limita a un lavado con regadera muy fina del follaje o emergentes que presenten polvo o suciedad.
Poda. Se reducirá a un aclareo de hojas y eliminación de las amarillas o muertas en otoño y primavera. Esto favorecerá el desarrollo equilibrado de las plantas y su floración.
A veces, en climas fríos, se conservan las hojas y tallos secos durante el invierno como protección contra el frío.
Limpieza de plantas sumergidas. Además de la limpieza del estanque al final del invierno, conviene hacer otra limpieza de hierbas del fondo hacia el final del verano. La destrucción de algas y similares puede efectuarse con sulfato de cobre anhídro (8 gr/m3).
Multiplicación. La forma más fácil es la división de mata en primavera.
Sanidad vegetal. Hay pocos parásitos que ataquen a las plantas acuáticas; uno de ellos es el pulgón, especialmente en las hojas de los nenúfares. Antes de combatirlo por métodos químicos, lo que podría alterar el equilibrio químico del estanque, podemos intentar ahogar las colonias. Basta sumergir el follaje con una herramienta durante algunos segundos, y repetir la operación varias veces durante unos días.
Los roedores pueden atacar las raíces carnosas y los tallos, provocando una disminución en la velocidad de crecimiento e incluso la marchitez parcial o total de la planta. Se eliminan colocando alambreras o cebos con veneno.
Los moluscos también ocasionan daños en los retoños y brotes, pero no suelen ser importantes.
Limpieza del estanque. En invierno, como el agua puede helarse o enfriarse demasiado, se aprovecha para vaciar el estanque y hacerle una limpieza a fondo.
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