El olivo (Olea europaea) es un árbol de la familia de las oleáceas, llegando a medir unos 15 m. de altura. Tiene un tronco erecto de color gris claro, lleno de protuberancias y fisuras. Sus hojas son opuestas y lanceoladas, de hasta unos 8 cm. de longitud. Las flores son muy pequeñas, están reunidas en inflorescencias y desprenden una fuerte fragancia. El fruto es la aceituna, drupas ovoideas, con un hueso en el interior; miden entre 1,5 y 3 cm, al principio son de color verde, pero cuando maduran se vuelven negras.
El olivo se cultiva en todas las regiones de clima mediterráneo, necesita una exposición soleada, sin heladas.

Una de las labores más reconocidas e importantes para el buen mantenimiento y producción del olivo, es la poda.
La poda del olivo se divide en cuatro fases:
1. Poda de formación. Es la que determinará la forma que tendrá la copa, el tronco y las principales ramas en un futuro. Hay que conseguir que el árbol tenga una forma uniforme y equilibrada. Para ello eliminamos las ramas que sobresalen del diseño general, se realiza en los primeros años del árbol y en los siguientes al trasplante definitivo.
2. Poda de mantenimiento. Se realiza para reducir el tamaño del árbol y mantener la forma deseada. Hay que cortar las ramas vigorosas y seleccionar los brotes que se desean priorizar, se eliminan ramas entrecruzadas que cierran el interior de la copa, imposibilitando la entrada de luz para su mejor desarrollo y las faenas de recogida de la aceituna.
3. Poda de rejuvenecimiento. El objetivo es recuperar olivos centenarios para su uso ornamental o para volver a obtener productividad. Se realiza revitalizando la planta, eliminando madera vieja, de manera que la restante crezca más vigorosa.
4. Poda de producción. Con esta labor se hace más productivo el árbol, y se realiza cuando termina el periodo de fuertes fríos y heladas. Se eliminarán ramas viejas para favorecer el desarrollo de aquellas que puedan producir más frutos, también hay que despejar de ramas el interior del árbol para permitir el acceso de los rayos de sol a las ramas principales (poda de mantenimiento).
En ejemplares viejos o en mal estado hay que realizar una tala del árbol para que vuelva a rebrotar.